Hoy quiero compartir contigo los pasos que suelo seguir para determinar si necesito un masaje, incluso siendo quiromasajista y teniendo la capacidad de realizarlos yo mismo.
- Escucho atentamente a mi cuerpo: Estoy atento a cualquier señal que me indique que mi cuerpo está experimentando tensión, dolor o rigidez muscular. Esto puede manifestarse de diferentes maneras, como molestias en el cuello, espalda o hombros, o una sensación general de malestar.
- Dedico tiempo en mi agenda: Priorizo mi bienestar y reservo un espacio en mi agenda para recibir un masaje. Reconozco la importancia de cuidar mi cuerpo y de hacer tiempo para relajarme y recargar energías.
- Presto atención a las señales que mi cuerpo me envía: No ignoro las señales que mi cuerpo me envía, ya que sé que son indicadores importantes de que necesita atención. Si noto que mis músculos están tensos o que tengo molestias persistentes, sé que es momento de programar una sesión de masaje.
Estos son los pasos que sigo para asegurarme de que mi cuerpo reciba el cuidado que necesita.
Escuchar a mi cuerpo, reservar tiempo en mi agenda y prestar atención a las señales que me envía son prácticas fundamentales para mantener mi bienestar físico y mental.
Y ahora que te he contado como lo hago yo te explico cuando es necesario recibir un masaje.
¿Cuándo necesito un masaje?
Cuántas veces hemos escuchado a algún amigo decir: «Necesito un masaje», solo para descubrir que nunca se permite el tiempo para recibir el masaje que tanto necesita.
Ya sea por pereza para encontrar un buen masajista o porque su agenda está demasiado ocupada para dedicarle tiempo al cuidado del cuerpo.
Recibir un masaje debería ser una parte regular de nuestra rutina, al igual que ir al dentista cada seis meses para una revisión de rutina y limpieza.
En nuestra cultura, no asociamos el masaje con la prevención, sino que tendemos a pensar en ello solo cuando nuestro cuerpo está al límite y nos está pidiendo ayuda a gritos.
A lo largo del tiempo, acumulamos estrés, tensiones físicas y adoptamos malas posturas hasta que nuestro cuerpo finalmente nos dice «¡Basta!».
Esa sensación de estar bloqueado es una señal de alarma.
El cuerpo es inteligente, pero aún más inteligentes son aquellas personas que no permiten que llegue a ese extremo.
Te lo digo desde mi experiencia personal.
Mis clientes suelen pedir cita cuando ya están experimentando un bloqueo y necesitan ayuda.
Siempre les recomiendo que no esperen hasta el último momento para recibir un masaje y que entiendan la importancia de cuidar su cuerpo de forma regular.
5 Claves para saber si necesito un masaje
Abre bien los ojos y pon atención a las 5 claves para saber si necesitas un masaje y no esperar a que tu cuerpo explote.
1 Las señales previas al bloqueo
La primera señal clave son las molestias físicas.
Estas sensaciones de bloqueo y tensión se manifiestan cuando realizas cualquier movimiento.
Por ejemplo, al girar la cabeza y sentir una resistencia incómoda, o al experimentar una carga notable en la espalda.
Es fundamental no esperar a estar completamente bloqueado para recibir un masaje.
Si notas incluso un indicio de bloqueo, es una clara señal de que tu cuerpo está pidiendo ayuda.
La mayoría de las personas experimentan tensiones musculares debido al trabajo, un estilo de vida sedentario, el estrés, entre otros factores.
El problema con estas tensiones musculares es que pueden intensificarse y provocar dolor, inflamación o limitaciones en la movilidad.
Personalmente, no espero a que las tensiones se conviertan en bloqueos. Me doy un masaje antes de que mi cuerpo alcance ese punto crítico de tensión.
2 Falta de movilidad
3 Si vas estresado/a
Hoy en día, parece que el estrés y la ansiedad son compañeros inevitables para muchos, incluyéndome a mí.
Con las demandas diarias que enfrentamos, es fácil sentirse abrumado por las responsabilidades. Pero la vida no debería ser solo trabajo, estudio, competiciones o intentar estar en todo lugar a la vez.
Necesitamos tiempo para relajarnos.
Si estás lidiando con el estrés o una agenda frenética, un masaje puede ser justo lo que necesitas para desconectar del ajetreo diario.
Los efectos sedantes y relajantes del masaje pueden ayudarte a dejar de lado, al menos por un momento, el estrés constante que enfrentamos a lo largo del año.
No esperes hasta las vacaciones para darte un respiro. Permítete un pequeño capricho una vez al mes y date un momento de relajación y descanso.
Tu mente y cuerpo te lo agradecerán.
4 Si últimamente no duermes bien
En mi opinión, antes de recurrir a soluciones químicas para dormir y relajarte, te animo a probar primero un buen masaje.
Muchas personas experimentan dificultades para conciliar el sueño, y su promedio de horas de descanso puede ser tan bajo como 4 horas, cuando se recomienda de 7 a 8 horas de sueño.
El insomnio puede ser resultado del estrés, preocupaciones o emociones negativas que se están experimentando.
También puede ser causado por una sobrecarga de estímulos, como el uso excesivo del teléfono móvil, videojuegos o ver series en plataformas como Netflix hasta altas horas de la noche.
Es fundamental priorizar un buen descanso, ya que puedo atestiguar que durante una etapa de mi vida, apenas dormía más de 4 horas por noche.
Al principio, uno puede aguantar, al segundo día aún se puede seguir adelante, pero al tercer día la fatiga es abrumadora.
Antes de recurrir a medicamentos para conciliar el sueño, te recomiendo probar un masaje.
Se ha demostrado que el masaje tiene efectos sedantes en el cuerpo.
Durante una sesión, es como si te transportaras a un estado de relajación profunda, donde puedes dejar de lado las preocupaciones y el estrés del día a día.
5 Necesito un masaje si pasa mucho tiempo del último que me recibí
¿Recuerdas cuándo fue la última vez que te diste un masaje?
Si ni siquiera puedes recordarlo, es una señal clara de que necesitas un masaje.
Si nunca has experimentado un masaje profesional, te animo sinceramente a que lo pruebes. Estoy seguro de que lo necesitas más de lo que crees.
No me refiero a esos masajes caseros que te da tu primo o tu hermana; esos no cuentan.
Antes de estudiar quiromasaje, pensaba que tenía habilidades para dar buenos masajes.
Sin embargo, cuando aprendí las diferentes técnicas de masaje, me di cuenta de que lo que hacía antes no era más que un simple contacto con las manos sobre la espalda de mi hermana…
Formarme como quiromasajista me abrió los ojos a la importancia de aplicar técnicas específicas y conscientes en el masaje.
Sí, sé que puede gustarte el masaje que te da tu primo, pero no tiene ni punto de comparación con el que te puede brindar un profesional.
La frecuencia ideal para recibir un masaje varía según tu estilo de vida y nivel de actividad.
Por ejemplo, un atleta de élite necesitará un masaje al menos una vez por semana, mientras que un deportista amateur puede requerirlo con menor frecuencia.
Es crucial considerar la naturaleza de la actividad física que realizas, tu condición física, tus actividades diarias (tanto laborales como no laborales) y otros factores para determinar la frecuencia adecuada de los masajes.
Tu tienes la clave, tu decides
Para concluir, la clave más importante reside en ti.
Nadie mejor que tú sabe si necesitas un masaje o no.
No ignores las señales de tu cuerpo. No esperes demasiado tiempo para recibir un masaje, de la misma manera que no dejarías pasar mucho tiempo sin visitar al dentista para evitar que las caries se acumulen. El bienestar físico y mental es igual de importante.
Si te resulta tedioso desplazarte o tienes poco tiempo disponible, y preferirías que un masajista acuda a tu hogar, tienes una opción fácil: echa un vistazo a lo que podemos hacer por ti en Go Masaje.
Recuerda que cuidarte a ti mismo no es una opción, es una necesidad.
¡Un gran abrazo y cuídate mucho!
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